Las decisiones. Poniendo orden a nuesto "kosmos" interno

Gabriela Gonzalez
Dec 08, 2025By Gabriela Gonzalez

“¿El próximo instante lo hago yo o se hace solo? Lo hacemos con la respiración. Con la desenvoltura de un torero en la arena.” Clarice Lispector 

Hace poco leí que la palabra “kosmos”, en griego antiguo, significaba “orden”, la buena disposición de las cosas, una organización peculiar que de alguna manera indica belleza y simetría al gusto de alguien.

Así es como el orden de elementos como la vida, la muerte, lo sagrado, la sociedad, los mitos y las tradiciones, conforman lo que llamamos “cosmovision”, es decir, la manera en que una persona o una cultura entiende su sitio en el mundo.

Por lo que respecta al orden del mundo, la Biblia cuenta, a través de sus primeras páginas, cómo la confusión y las tinieblas que existían en la tierra terminan cuando Dios crea la luz, separándola de la oscuridad, nombrándolas y diferenciándolas. La mística tarea de Dios no se limita al mero acto de creación, sino a transformar la confusión y el vacío en una danza que también incluye separar y nombrar.

Es decir, Dios arranca con un orden universal que bíblicamente, da sentido a la vida en la tierra y a todo lo que acontece en ella.

El orden, entonces, es lo que da sentido.

Incluso dentro de la propia “Teoría del Caos”, los científicos han encontrado al estudiar sistemas que parecen desordenados o meramente impredecibles, que también siguen leyes muy precisas. Es decir, el caos no es desorden sin reglas, es un orden escondido dentro de lo que parece desorden.

Pero ¿cómo ordenar nuestras vidas para tomar decisiones?

El teólogo de la Universidad de Harvard Howard Thurman decía que hay dos preguntas que debemos hacernos, la primera es a dónde vamos y la segunda es quién irá con nosotros; si nos hacemos esas preguntas en el orden equivocado, estaremos perdidos.

Es por eso que los expertos en psicología de las realciones, estan hablando marcadamente del tema de incompatibilidad. Cuando dos personas se encuentran, se gustan mucho, pero no tienen los mismos valores ni comparten la misma visión, la ruptura es inebitable porque esas diferencias harán imposible que se sostenga la relación en el tiempo, el orden como dice Howard, es primordial. 

Para tomar decisiones correctas debemos seguir cierto orden en las preguntas que nos hacemos y cierto orden en cómo llegamos al entendimiento de quiénes somos, y con ello permitir que ese orden interior nos muestre los siguientes pasos. 

El orden interior como un Jardín

Orange butterflies drinking nectar on a green floral backgroung

El libro "What Do You Want Out of Your Life?" (¿Qué quieres de tu vida?), de la filósofa americana Valerie Tiberius, introduce el tema de los valores para ordenar nuestro mundo interior.

Ella dice que los humanos somos criaturas de valores y nos va bien cuando logramos lo que nos importa, es decir, cuando estamos alineados con esos valores.

Existen para Valerie dos categorías de guías internas: los objetivos y los valores

  • Los objetivos son lo que quiero: representan un estado mejor que el que tengo. Incluyen, por ejemplo, comida o una pareja. Algunos objetivos son fines en sí mismos y otros son medios para otros objetivos, como “quiero bajar de peso para conseguir una pareja”.
  • Los valores, por otro lado, son metas especiales: mucho más últimas y menos instrumentales. Los queremos por sí mismos, están muy integrados en nuestra psicología y en el tope de nuestra jerarquía interna.

A veces existe un conflicto entre los valores y los objetivos. El panorama se percibe complicado, pero en realidad, para manejar esos conflictos, hay que organizar claramente qué es lo que nos importa en primer lugar.

Para definir nuestros valores y proponer una relación con los objetivos que nos resulte adecuada para promover nuestro bienestar en todas las áreas, Valerie propone la analogía de un jardín.

Imaginemos que los valores son las plantas más importantes de nuestro jardín y los objetivos son aquellas plantas que acomodamos para que esos valores florezcan.

Así, si una planta no resulta beneficiosa para otra, debemos moverla. Por ejemplo, si la vida social ocupa demasiado espacio en tu vida y quieres dedicar más tiempo a tu familia, existen varias opciones como buscar amigos menos demandantes o cambiar tu definición de amistad.

Las decisiones se complican por una razón principal, no sabemos quiénes somos ni a dónde vamos, es decir, qué queremos en la vida como fin último y las razones que tenemos para ello.

“Un valor es una forma de ser o de creer que consideramos profundamente importante. Vivir de acuerdo con nuestros valores significa que hacemos más que proclamarlos: los practicamos. Caminamos nuestra palabra —somos claros acerca de lo que creemos y valoramos, y cuidamos que nuestras intenciones, palabras, pensamientos y comportamientos estén alineados con esas creencias.”
— Brené Brown, Dare to Lead

Las decisiones difíciles

Concept of to find a creative idea or problem solving. Question mark and light bulb icons on wooden cubes

La filósofa de la Universidad de Oxford Ruth Chang ha hecho una increíble investigación en el campo de las decisiones difíciles. La propuesta más importante de Ruth es que tenemos que entender la raíz de las decisiones difíciles.

Para esta investigadora, lejos de ser un momento de angustia y estrés, son una gran oportunidad para comprender nuestra singularidad como seres humanos, es decir, lo que nos hace únicos.

Primero que nada ella diferencia las decisiones fáciles y las decisiones difíciles:

  • En las fáciles, una alternativa es mejor que la otra.
  • En las difíciles, una alternativa es mejor en ciertos aspectos y la otra es mejor en otros, pero ninguna es “la mejor”.

Las decisiones difíciles tampoco tienen que ver con nuestro intelecto; no decidimos mejor por ser más inteligentes. Las decisiones difíciles son difíciles no por nuestra ignorancia, sino porque no hay una opción claramente superior, entonces cada uno de nosotros tiene el poder de crear las razones por las que elige.

Cuando elegimos, creamos también las razones que sostienen esa elección. Y en esos argumentos se va dibujando la persona que queremos ser, la que reconoce y celebra aquello que la hace única.

Elegir es una tarea de por vida

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Elegir también implica la tarea de por vida de hacer consciente la manera en que pensamos para eliminar viejos patrones de decidir, como por ejemplo, cuando hacemos algo por agradar, por miedo, o aquellas decisiones que nos hacen sentir seguros pero en las que no estamos siendo nosotros mismos.

El libro “Thinking, fast and slow” (Pensar, rápido y lento”) del premio nobel de Economía Daniel Kahneman, explora los procesos del cerebro más a profundidad. 

Daniel dice que nuestro comportamiento está determinado por dos sistemas mentales, uno consciente y otro automático. El cerebro es perezoso y, por lo tanto, nos impide usar todo el poder de nuestra inteligencia.

  • Sistema 1: automático e impulsivo.

Es el sistema que actúa cuando alguien sospechoso entra al tren y giramos instintivamente hacia la puerta. El Sistema 1 es un remanente de nuestro pasado y fue crucial para nuestra supervivencia. 

  • Sistema 2: muy consciente, atento y considerado.

Nos ayuda a ejercer autocontrol y a dirigir deliberadamente nuestra atención. Este es el sistema que trabaja cuando quedamos con un amigo y tratamos de identificarlo entre una multitud, recordando cómo se ve y filtrando a todas las demás personas.

El Sistema 2 es una de las partes más “recientes” de nuestro cerebro, con solo unos miles de años. Es lo que nos ayuda a prosperar en el mundo actual, donde las prioridades han pasado de buscar comida y refugio a ganar dinero, sostener una familia y tomar decisiones complejas.

Sin embargo, estos dos sistemas no se alternan con elegancia y gracia, ni trabajan juntos a la perfección; a menudo compiten por el control, y ese conflicto determina nuestro comportamiento.

A veces el cerebro percibe los problemas como más simples de lo que realmente son. El Sistema 1 cree que puede manejarlos, aunque no sea así, y terminamos cometiendo un error. Igual que con los hábitos, todo se trata del ahorro de energía.

La verdadera aptitud cognitiva es el corazón del Sistema 2, y es lo que nos da la capacidad de pensar y considerar nuestras opciones antes de actuar, de ejercer autocontrol y de llegar a decisiones racionales.

La simple familiaridad puede ser suficiente para engañar al cerebro y hacerle pensar que algo es verdadero. Las cosas que son más fáciles de leer y entender nos parecen más verdaderas. Las cosas que son más difíciles de leer y comprender provocan esfuerzo cognitivo y, por lo tanto, activan el Sistema 2.

El estado de ánimo afecta la intuición, el buen humor y la facilidad cognitiva van de la mano. El mal humor y el esfuerzo cognitivo están asociados porque los momentos difíciles requieren activar el Sistema 2. Cuando nos sentimos más felices somos más creativos pero también estamos mas predispuestos a cometer errores lógicos. 

La intuición útil se basa en la experiencia cuando ha habido suficiente aprendizaje como para que el proceso se vuelva automático; un ciclo de retroalimentación (feedback) sobre errores rápido puede mejorar la capacidad de un experto para interiorizar y actuar según lo que ha aprendido. 

Daniel también explica que muchas decisiones pasadas no fueron racionales, sino respuestas automáticas del Sistema 1. Tomamos decisiones rápidas y luego las justificamos, pero no recordamos cómo fue nuesto proceso en realidad, con esto lo que ocurre es que repetimos patrones volviendo a hacer lo que ya hicimos, creyendo que nuestras decisiones anteriores tenían más lógica de la que realmente tuvieron. Tomamos decisiones con la poca información disponible y luego actuamos como si fuera toda la información necesaria. 

Como los seres humanos tendemos a basar nuestras decisiones, total o parcialmente, en posturas que validan acciones anteriores, es importante que conozcamos y entendamos claramente los "sesgos cognitivos". 

Estos son, por ejemplo, la tendencia a confirmar lo que sabemos y creemos y eliminar lo que nos contradice; o el sesgo de anclaje que se da cuando la primera información que recibimos influye en nuestras decisiones, y de ahí comparamos todo lo demás. Por ejemplo, al comprar una bolsa, el precio del primer artículo nos da la referencia. Otro gan sesgo es el sesgo de arrastre, la tendencia de adoptar creencias porque los otros lo hacen. 

Podemos evitar los errores del Sistema 1 si reconocemos cuando estamos en aguas peligrosas, cognitivamente hablando, y entonces tenemos que alentar el proceso y utilizar al Sistema 2.

Recibiendo ayuda para activar la lógica y la creatividad

Human hand putting question marks on another hand meaning importance of questioning in business for clear understanding of process. Contemporary art collage.

Un buen encuadre de preguntas no solo favorece una toma de decisiones más racional, sino que abre puertas internas que de otro modo permanecerían cerradas. Las preguntas y conversaciones iluminan ángulos ocultos, revelan supuestos que dábamos por hechos y nos permiten ver el panorama completo mientras elegimos nuestro siguiente paso.

Los seres humanos no somos inherentemente irracionales; simplemente necesitamos apoyo para decidir mejor y construir juicios más precisos. Nuestro pensamiento puede desviarse, acelerarse o caer en trampas cognitivas, pero cuando lo acompañamos con preguntas y conversaciones bien planteadas, recuperamos claridad. Preguntar y conversar es una forma de ordenar la mente.

Decidir, en última instancia, es un acto de poner orden interno. Nuestros valores marcan la dirección y debemos pausar, cuestionar y activar el pensamiento lento para definirlos y que el resto de nuestras decisiones se conviertan en elecciones conscientes pero también llenas de nuestra creatividad y marca únicas. 

Cuando las decisiones se sostienen en un proceso lógico suficiente, nutrido tanto por nuestra razón como por nuestras preguntas y conversaciones honestas, se transforman en elecciones limpias, firmes y verdaderas. Decisiones que nacen desde adentro y llevan consigo la fuerza de lo auténtico, porque están construidas sobre discernimiento y propósito.

En las sesiones de diseño de carrera & vida, invitamos justamente a este proceso de poner orden, discernir, analizar, y permitir que la intuición y la creatividad conversen con el pensamiento riguroso, y que de esa alquimia surjan decisiones que respeten quién eres y hacia dónde quieres ir.

Decidir es organizar nuestro maravilloso kósmos en un jardín que dé belleza, dirección y sentido a nuestra vida, y que nos va convirtiendo en la persona que queremos ser. 

“El privilegio de una vida es convertirte en quien realmente eres.”
Carl Jung

En mi próximo artículo hablaré sobre el arrepentimiento y lo que pasa cuando miramos atrás y sentimos que algo no salió bien ¡no te lo pierdas!

Inspiración:

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